martes, 7 de septiembre de 2010
12:15 | Publicado por
Marie Anne Vincenti |
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Siempre fue uno de ellos, uno de esos eruditos en temas de la vida, el alma…el amor. Lápiz en mano y libreta bajo el brazo, hablaba y opinaba como todo un conocedor, un ser superior en todo lo mágico y profundo del mundo. Bastaba mirarlo, para ver en él, la imagen pura de un ser humano iluminado.
Hablaba de amor y le hablaba a este como un amigo intimo de años…hasta un día, en el que finalmente, el amor se canso de solo oírlo y quiso contestarle, Se le paro en frente y por primera vez le hablo, fuerte y claro para q no hubiera duda.
Él, no entendió una palabra de lo que le decía, no reconoció su rostro ni mucho menos su identidad… y decidió mejor, apagar el teléfono, para no pasar más por la pena si lo volvía a buscar.
A veces el amor también queda como una llamada perdida!
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